Durante mi prolongada trayectoria en el sector del eLearning, me he cruzado repetidamente con clientes que se acercan a nosotros buscando el diseño de un curso en línea o la creación integral de un programa de formación virtual.
Lo común es que se presenten con un formato, estructura y metodología de enseñanza ya completamente predefinido. Es como si hubieran elaborado un guion minucioso antes de buscar orientación de un experto. Lo cual, desde un punto de vista técnico, no resulta del todo apropiado.
Para diseñar elearning eficaz, es crucial que, antes de la definición del formato y la estructura, se realice un análisis exhaustivo. Al menos las tres variables descritas a continuación:
- Perfil demográfico
La primera variable a considerar es el perfil demográfico del público objetivo. Es crucial comprender a quiénes nos dirigimos: podrían ser individuos de distintas generaciones, expertos en el campo, o tal vez una audiencia más general. También debemos analizar si están directamente involucrados en el trabajo que se va a enseñar en el curso o si es puramente informativo.
Además, es importante considerar su disponibilidad temporal ¿Tienen suficiente tiempo para comprometerse con un aprendizaje de larga duración, o deberíamos centrarnos en algo puntual? Otros factores a ponderar incluyen si debiera ser completamente en línea o utilizar un enfoque híbrido, entre otros.
- Definir el objetivo
La segunda variable, de suma atención, es definir el objetivo, ya sean metas generales o específicas. Tomemos, por ejemplo, un curso de ventas. Lo primero que necesitamos saber es qué se quiere lograr: ¿Incrementarlas, agilizar procesos, o mejorar la satisfacción del cliente?
Independientemente del objetivo general, necesitamos identificar las competencias que el participante necesita adquirir para cumplirlo, de aquí se desprenden los objetivos específicos del aprendizaje. Siguiendo el caso de las ventas, podríamos deducir que los profesionales de esta área tienen dificultades al manejar objeciones o cerrarlas. Entonces, los resultados educativos específicos estarían enfocados en el desarrollo de dichas habilidades.
- Formatos de enseñanza
Finalmente, el tercer factor crucial es determinar, a partir de las dos primeras variables. El formato o la combinación de recursos de enseñanza más adecuada para llegar a este público. La decisión sobre los medios didácticos a utilizar debe ser la culminación de este proceso analítico y secuencial.
Más allá del Formato Básico
Cuando un cliente se nos acerca y solicita, por ejemplo, la creación de vídeos o documentos PDF – materiales de aprendizaje bastante fundamentales -, orientados a su oferta educativa, esta decisión suele estar más influenciada en función de las restricciones de presupuesto o tiempo que por un análisis pedagógico exhaustivo.
En nuestra terminología, a esto lo denominamos «formato básico» o «mínimo viable». Lo cual no implica necesariamente una opción de baja calidad, pero su efectividad dependerá enormemente del público, objetivos de enseñanza trazados, y de las competencias y habilidades que los usuarios deben adquirir al finalizarlo.
No es lo mismo impartir un reglamento interno de trabajo, el caso más típico, a un curso complejo y con metas educativas profundas. En el primer caso, emplear un formato básico podría ser suficiente, ya que la meta es la transmisión de información teórica, es decir, lograr en los participantes un conocimiento específico y puntual.
Pero si nos encontramos con situaciones donde el estudiante necesita estar capacitado para operar una máquina, ejecutar un proceso o desarrollar habilidades de venta a fin de cerrar negocios de manera eficaz, entonces nos vemos obligados a considerar otros formatos de enseñanza.
Ejecución sobre Teoría: ROI en la Capacitación Corporativa
El enfoque en la capacitación corporativa debería ser predominantemente práctico, en contraposición a la perspectiva más teórica de las instituciones educativas tradicionales. Si nos concentramos exclusivamente en alcanzar niveles teóricos en el proceso de formación, no conseguiremos los resultados deseados, tanto en términos de indicadores de negocio como en retorno de inversión (ROI). Esto se debe a que la información se queda simplemente en la mente del participante, sin llegar a realizar lo que se conoce como transferencia de conocimientos, es decir, la aplicación efectiva de lo aprendido en el puesto de trabajo.
Si se lleva a cabo un análisis técnico adecuado, lo que debería suceder, una vez identificadas las habilidades y competencias a desarrollar en nuestro público objetivo, es seleccionar el formato de enseñanza más apropiado. Para el caso de la capacitación en ventas, podríamos optar por un esquema alternativo, como los sketches. Estos son vídeos grabados con actores quienes muestran de manera práctica y concreta lo que el estudiante debe hacer.
Por lo tanto, cuando el participante comprende cómo realizar la tarea correctamente, surge una segunda etapa: proporcionarle la oportunidad de practicar y así desarrollar su habilidad. Ya no estamos hablando simplemente de un nivel de conocimiento, sino de ejecución. Aquí entra en juego la siguiente fase: debemos permitir, a través de un simulador inmersivo e interactivo, por ejemplo, que practique lo aprendido. Esto implica enfrentarse a situaciones de venta y seguir los pasos una y otra vez, aprovechando el poder de la acción y repetición.
Si se elige de manera errónea un formato de formación o no se combinan correctamente, es muy probable que los objetivos perseguidos para la elaboración del curso en línea no se cumplan.
Además, este enfoque puede provocar altas tasas de abandono. En muchas empresas, los colaboradores tienden a verse obligados a completar ciertos programas, pero la finalización forzada no garantiza el aprendizaje. Esto puede tener un impacto negativo en los indicadores de negocio.
En resumen, el uso de formatos básicos para enseñar absolutamente todo, ya sea por falta de presupuesto, tiempo, o porque simplemente no se realizó el análisis técnico adecuado, es una estrategia sumamente desaconsejable, se desperdicia tiempo y dinero. Además, se puede dañar la percepción del ecosistema de enseñanza online, ya que los usuarios inmediatamente lo asocian con una mala experiencia de conocimiento.
Nuestro objetivo es asegurarnos que obtengas los resultados deseados en tus esfuerzos de capacitación. Queremos que cada inversión realizada no solo cumpla, sino supere tus expectativas, fomentando un aprendizaje efectivo, el cual impulse el rendimiento de tus colaboradores y, por ende, el éxito de tu empresa.
Gracias por leernos y no dudes en contactarnos si tienes alguna pregunta o si estás listo para llevar tu formación corporativa al siguiente escalón.
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