Walter Dick y Lou Carey son los creadores de este modelo. Fue publicado en 1978 en su libro “Diseño Instruccional Sistemático”. Está basado en la idea de que existe una relación predecible y fiable entre un estímulo, que en este caso sería el material didáctico; y la respuesta que se produce en el estudiante, que representaría al aprendizaje.
Primeramente, explicaré que este modelo tiene como base a la teoría conductista del aprendizaje y el enfoque de sistemas. Esto se debe a que está conformado por fases que dependen e interactúan entre sí y también es iterativo, igual que el modelo ADDIE.
Este modelo gira entorno al estudiante y sus necesidades, sin embargo, tambien presta especial interés a la selección de los materiales instruccionales para la consecución de los objetivos.
Índice de contenidos
Características
En su libro, Dick y Carey, señalan las 4 características de su modelo:
Dirigido a un objetivo: todos los componentes del sistema instruccional trabajan en conjunto para conseguir un objetivo.
Interdependencia: todos los componentes del modelo dependen uno del otro. El producto de salida de una fase es el input de la siguiente.
Mecanismo de regeneración: este modelo utiliza la evaluación por etapas y retroalimentación, precisamente para verificar si se alcanzaron los objetivos.
Autorregulable: el sistema instruccional fue diseñado para ser modificado cuantas veces sea necesario, hasta que se alcance el objetivo.
A diferencia del modelo ADDIE, este modelo no es totalmente lineal, pues presenta saltos no secuenciales de una fase a otra.
El modelo de sistemas de Dick y Carey se compone de diez fases:
Fase 1: Identificar la meta instruccional
En esta fase se busca determinar la razón de la instrucción, es decir, qué es lo que el estudiante debe poder hacer, al concluir el curso. En consecuencia, la meta se determina en base al análisis de las necesidades de aprendizaje, las dificultades o problemas identificados, y finalmente, la brecha que existe entre el perfil actual y el perfil deseado para el estudiante.
Fase 2: Análisis de la instrucción
En esta fase se determinan las destrezas necesarias para alcanzar las metas establecidas. Para ello, es necesario realizar un análisis de instrucción que identifique todas las habilidades y conocimientos, que se deben incluir en la instrucción.
Fase 3: Análisis de los estudiantes y del contexto
Esta fase pretende elaborar un perfil del público objetivo. Por lo tanto, se debe establecer características del estudiante, como por ejemplo: edad, conocimientos, habilidades, actitudes. Y también del contexto físico, social y tecnológico.
Debido a que, este modelo tiene abundantes fases, es importante dividir este artículo en dos entregas. En el próximo post veremos las fases restantes.