No es un secreto que la enseñanza tradicional en la actualidad se ha vuelto para muchos tediosa y, en ocasiones, poco eficiente. Esto se incrementa en situaciones como la que el mundo ha vivido los últimos meses, donde la educación y capacitación presencial no son una opción. Pero ¿qué hacer entonces ante este panorama? La gamificación es una gran alternativa. Por esta razón, hablaremos sobre los componentes que hay que considerar para crear cursos e-Learning exitosos que mejoren la experiencia de enseñanza y aprendizaje virtual.
En anteriores artículos ya hemos visto qué es la gamificación, su importancia y qué aspectos se pueden gamificar. Ahora nos enfocaremos en cómo llevar a cabo el proceso de gamificación. Para ello iniciemos hablando sobre una teoría que es esencial tener en cuenta a la hora de desarrollar cursos que busquen un aprendizaje significativo y duradero.
Índice de contenidos
La teoría del flujo
Para iniciar recordemos que la gamificación es una técnica que la educación ha adoptado en la transmisión de conocimiento. Esto lo logra introduciendo elementos de juego con el fin de enriquecer la experiencia y así lograr mejores resultados de aprendizaje en los estudiantes.
Teniendo en cuenta esto, vemos que el concepto de gamificación está íntimamente relacionado con la teoría del flow o flujo que fue desarrollada por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi. Se refiere al momento en el que una persona se encuentra totalmente concentrada e inmersa en la tarea que está realizando. Esta teoría aplicada a la gamificación no es más que el estado de máxima concentración y entretenimiento de un jugador. Por lo tanto, el objetivo de la gamificación en la enseñanza es lograr que los estudiantes entren en ese estado de flujo.
¿Cómo logramos esa inmersión? Pues con acciones como las siguientes:
- Creando actividades que NO sean lineales para evitar el aburrimiento.
- Haciendo que la duración de los temas no sea tan extensa. De ahí la importancia del microlearning, por ejemplo.
- Trazando siempre un objetivo claro y concreto sobre lo que los estudiantes deben alcanzar con el curso gamificado.
- Evitando crear frustración, es decir, el objetivo del curso debe ser alcanzable, de modo que mientras se aprende algo nuevo la diversión también esté presente.
Componentes de gamificación
Para poder crear este ambiente de inmersión antes descrito es importante tomar en cuenta los siguientes componentes de gamificación para lograr un aprendizaje significativo. Estos componentes se dividen en tres categorías que veremos a continuación:
Dinámicas del juego
Se trata del aspecto global al que va orientado el curso que se quiere gamificar, es decir, los comportamientos, motivaciones y deseos que se busca generar en el estudiante o jugador. Esto, por supuesto, dependerá de los objetivos de aprendizaje que se quieran alcanzar, así como del tema que se trate. De esta manera, algunas dinámicas de juego son, por ejemplo:
- Incitar emociones como la curiosidad, la competitividad, el poder o el idealismo.
- La progresión o evolución a medida que se avance en el curso, lo que creará un interés por ir avanzando en el curso.
- Crear dinámicas de relación, como interacciones sociales dentro del curso o el aumento del estatus al dar premios por cada reto o tema superado.
Mecánicas del juego
Por su parte, las mecánicas son los componentes básicos del juego, es decir, las reglas o normas de funcionamiento que permiten que el estudiante o jugador se involucre con la experiencia de manera divertida. El curso gamificado debe girar sobre cosas que sean motivadoras y atrayentes, como, por ejemplo:
- Utilizar el storytelling para contar de manera divertida un tema y dirigir con la historia los contenidos que se presentan.
- Realizar retos de aprendizaje donde los usuarios pongan a prueba los conocimientos obtenidos.
- Aspectos de competición y colaboración donde se incentive la interacción activa con el tema.
- Utilizar retroalimentación o feedback para indicar el éxito o no al completar temas o actividades.
Elementos del juego
Mientras que las mecánicas y dinámicas están en un nivel más abstracto. Los elementos de juego se muestran en la práctica mediante el diseño visual y la experiencia concreta que el estudiante o jugador tendrá con el curso gamificado. Por lo tanto, se trata de las herramientas concretas que se utilizarán para cumplir con las dinámicas y mecánicas propuestas. Estos elementos son, por ejemplo:
- Los logros, regalos o insignias por superar niveles o retos que se irán consiguiendo a medida que se avance en el curso.
- Inventario de colección de objetos que se pueden ir acumulando.
- El desbloqueo de contenidos o niveles que estarán relacionados con los temas de aprendizaje.
- El límite de tiempo que hará que el jugador sienta la necesidad de concentración por acabar exitosamente con alguna actividad.
- Puntos y barras de progresión con las cuales se evidenciará la evolución en el curso y en el juego.
- Creación de avatares para personalizar aún más la experiencia de aprendizaje.
- Pistas que ayuden a superar desafíos o retos de aprendizaje y, por lo tanto, a consolidar conocimientos.
Por supuesto, acá hemos visto apenas unos pocos ejemplos de lo que se puede aplicar en cada uno de los componentes de gamificación para lograr un aprendizaje significativo. Estos pueden variar en tipo y cantidad, pues todo dependerá de la creatividad con que se desarrolle un contenido gamificado, así como del tema y los objetivos pedagógicos que se quieran alcanzar.
Y tú ¿qué esperas para aplicar la gamificación a tus proyectos de aprendizaje?